¡Buenas noticias!

¡Por fin!
Desde que conocimos a Jean y el trabajo que desarrolla nos sentimos admirados de su pasión por la obra entre los niños en la región de Man.
Pasión, sí, porque sin ella es imposible realizar durante años 80 y 90Km cada semana en una vieja bicicleta cruzando la selva, o circulando por carreteras sin asfaltar para formar a los niños y sus monitores.
Jean demuestra un amor incondicional por los más pequeños, para acercar a un niño a Dios vale la pena cualquier esfuerzo ¡cuánto tenemos que aprender de él!
Es por ello, que el equipo que trabajó con Jean en Man este verano, sólo aterrizar en Madrid, nos pusimos manos a la obra para conseguir los fondos que nos dieran la oportunidad de comprarle una moto que hiciera sus viajes más rápidos y relajados. Compartimos con muchos hermanos la necesidad y por encima de todo se lo pedimos a Dios fervientemente... y Él contestó.
Por ello, al fín, este pasado mes de enero, gracias a Dios y a la colaboración de los hermanos, pudimos mandar una ofrenda para suplir los gastos de la moto y el correspondiente seguro, al recibirlo Jean y su esposa pasaron un largo tiempo dando gracias a Dios y derramando lágrimas de alegria.
Como ellos siempre nos repetían... Dios es fiel y cuida de los suyos, su vida es un vivo ejemplo de ello. Jean nos envía la foto de la moto, para que comprobemos cómo Dios ha bendecido su ministerio, vida y familia.
Sigamos orando por su trabajo en el Señor, el cual no es en vano.